10 de las razones por las que amamos Love Actually

Que Love Actually, la película que emitimos en Canal Hollywood este miércoles 25 de diciembre a las 22:00h, es una de las películas más emblemáticas en Navidad es algo que todo el mundo sabe, o debería saber, porque supone un formidable y ejemplar vehículo para fundir el acero de los espectadores mas duros y transformarlo en lágrimas saladas gracias a sus contundentes cucharadas de azúcar. Pero lo que igual no conoce mucha gente son algunas curiosidades que os vamos a revelar a continuación:

 

  • Richard Curtis tenía pensado hacer dos películas.

Love Actually fue el primer largometraje para el cineasta británico Richard Curtis. La primera idea que le rondaba, ya que también fue el guionista, era hacer dos películas sobre la misma temática navideña: una historia centrada en el personaje de Hugh Grant y otra en el personaje de Colin Firth. Rápidamente se dio cuenta de que en el fondo las dos ideas se podían fusionar en una sola película y que a su vez se podían contar más historias sobre el mismo tema (el amor) y de ahí salió Love Actually. Finalmente, de toda las tramas que escribió, concretamente 14, tuvo que suprimir varias.

 

 

  • Rodaron a gente real en un aeropuerto.

Love Actually tiene un prólogo y un epílogo idénticos: se ven unos reencuentros que se producen en un aeropuerto. Para rodar esa escena el equipo se trasladó a un aeropuerto británico para captar imágenes reales, gente que se estaba abrazando y riendo de verdad para así mostrar la felicidad auténtica. Eso sí, cuando grababan algún momento que les gustaba tuvieron que pedir autorización a las personas para incluir sus rostros en la película. Por lo tanto, los únicos comportamientos ficticios de esas dos secuencias pertenecen a los actores que aparecen. Lo demás es todo verdad.

 

 

  • Emma Thompson, protagonista de una de las escenas más emotivas.

En un momento de la película el personaje de Emma Thompson (Karen) descubre que su marido Harry (interpretado por Alan Rickman) le ha sido infiel. Se trata de una de las escenas más especiales del conjunto del filme ya que el equipo dejó la cámara encendida para que así la actriz pudiera desenvolverse con total tranquilidad. Emma Thompson lloró desde el primer momento y repitió la toma hasta doce veces sin parar. Un verdadero ejemplo de las capacidades interpretativas de una actriz que, por cierto, durante la película tuvo que llevar una ropa especial para parecer menos delgada de lo que en realidad estaba.

 

  • Richard Curtis estaba obsesionado con Laura Linney.

El cineasta hizo muchas pruebas de casting a actrices británicas para que interpretaran el papel de Sarah, la chica que está enamorada de Karl (Rodrigo Santoro) uno de sus compañeros de trabajo. Al director no le convencía ninguna actriz y siempre decía: “quiero alguien como Laura Linney”. El director de casting, ya casi desesperado, se atrevió a ofrecerle el papel a la propia actriz que, finalmente, hizo la prueba y consiguió el papel. Se trata de una de las historias más dolorosamente realistas de la película ya que nos recuerda que en el amor no todas las historias podían tener finales felices.

 

  • All you need is love.

En la escena de la boda de Juliet (Keira Knightley) y Peter (Chiwetel Ejiofol), el personaje de Mark (Andrew Lincoln) sorprende a los novios con un coro cantando All you need is love de Los Beatles. El resultado quedó de lo más romántico pero el origen de esta idea parte de otro contexto muy distinto como es un funeral. Richard Curtis acudió al del marionetista Jim Henson y se quedó a cuadros cuando todos los asistentes se pusieron a cantar (se nos pone la carne de gallina solo de imaginarlo). Es una de las escenas más recordadas de Love Actually porque todos los elementos que se ven en la pantalla consiguen emocionar al espectador.

 

  • Andrew Lincoln escribió las tarjetas de amor.

 Andrew Lincoln diseñó las tarjetas románticas con las que su personaje Mark se declara en la puerta de la casa de su amor platónico Juliet (Keira Knightley). Hasta hace unos años no se conoció la noticia de que Lincoln preguntó al director si se podía encargar de escribir las tarjetas. Lo convenció ya que tenía muy buena letra y viendo la película se puede confirmar que así es. La escena, con el sonido de unos villancicos de fondo, resume a la perfección el ambiente navideño del filme.

 

 

  • Kris Marshall no quiso cobrar un día.

Uno de los secundarios de Love Actually, Kris Marshall, vivió uno de los mejores momentos del rodaje cuando se convirtió en una especie de sex symbol con toque humorístico. En una secuencia está rodeado de mujeres y se disponen a desnudarlo. Kris Marshall disfrutó tanto en ese momento que devolvió el cheque que cobró ese día argumentando que no quería cobrar por una escena, de la que se hicieron 21 tomas, donde había disfrutado tanto.

 

  • No se eliminaron las escenas de desnudo.

Richard Curtis contó en una entrevista que el presidente de Universal, Stacey Snider, le insinuó que si no eliminaba todas las escenas con personajes desnudos la recaudación en taquilla sería inferior y que llegaría a perder 50 millones de dólares. El director hizo caso omiso de esta propuesta y no eliminó ninguna secuencia ya que se acordó de su yo adolescente y de cómo iba al cine con el único propósito de ver cuerpos desnudos. Además, la película recaudó casi 250 millones de dólares, solamente en Estados Unidos, por lo que la decisión de Curtis no fue nada descabellada.

 

  • Rowan Atkinson hizo un cameo.

 El mítico Rowan Atkinson protagonizó un cameo en la escena de la joyería del personaje interpretado por Alan Rickman. La primera opción era Simon Pegg pero Richard Curtis acertó en colocar a un intérprete más popular como Rowan Atkinson, además de que eran amigos. Curiosamente este papel podría haber tenido más extensión en el largometraje ya que se pensó que fuera una especie de ángel enviado a la Tierra para evitar que Harry (Alan Richman) compre un anillo a su amante, sí, ese anillo con el que se descubre una infidelidad. Al final esta trama se descartó por resultar demasiado surrealista.

 

  • Las aguas no tan profundas.

 Colin Firth (Jamie) y Lúcia Moniz (Aurelia) tuvieron que protagonizar una escena donde, gracias a la magia del cine, se aparentó una realidad que no era: hacer creer que nadaban en un lago de aguas profundas cuando la profundidad no superaba los 45 centímetros. Además de fingir que se movían con total naturalidad, y no demostrar que estaban de rodillas, sufrieron el ataque de unos mosquitos y Colin Firth tuvo que ser atendido ya que acabó con el codo hinchado por las picaduras. Gajes del oficio.

 

En Canal Hollywood, el 25 de diciembre a las 21:30h, os vamos a regalar espíritu navideño del bueno, porque sin amor estamos condenados. Preparad los pañuelos, apagad las luces y dejaos llevar por Love Actually.