Nuestras 10 trampas favoritas de Solo en casa 1 y 2

En 1990 Chris Columbus fue elegido para dirigir un guión del mítico John Hughes. Puede que en aquel momento no fueran conscientes de que tenían entre manos un texto que se convertiría en la película familiar navideña por excelencia, generando millones de dólares y dando pie a una franquicia millonaria. Y es que Solo en casa no necesita presentación. Ni siquiera es necesario que entre el frío por la ventana para poder disfrutarla. Por eso, para que la nieve en pantalla combata el calor que se nos acerca, hemos programado Solo en casa el sábado 18 a las 15:45, y después, a las 17:52, Solo en casa 2: Perdido en Nueva York. Y para prepararnos, vamos a hablar de nuestras trampas favoritas.

  • El pomo incandescente

Peor forma de entrar a robar en una casa: la puerta. Demasiado elemental y fácil para engañar a un niño de 8 años que ha dejado más que preparada la puerta de entrada. El pomo de Solo en casa se calienta mediante un encendedor eléctrico de barbacoa colocado en su parte interior con el fin de calentar el exterior. Y vaya si funciona porque las heridas que deja en la mano de Joe Pesci serían consideradas de tercer grado y dignas merecedoras de visitar un hospital cuanto antes.

  • El pomo suelto

Los ladrones nunca han sido especialmente inteligentes en esta franquicia y parece que en Solo en casa 2 todavía no habían entendido que la puerta de entrada no es un lugar seguro. En la secuela el pomo está suelto, unido por una larga cuerda que desenredar. El intruso empieza a tirar y tirar hasta que el fin de la cuerda activa una pistola de grapas de construcción que disparan directamente al trasero del ladrón. Y luego, a la entrepierna. Y luego, a la nariz. Estas cosas pasan por no llamar a la puerta antes.

  • El bote de pintura

Una de las trampas más recordadas de Solo en casa es, a su vez, una de las más sencillas. Lo que hace Kevin es colocar en la cima de las escaleras dos cuerdas y en los extremos ata dos botes de pintura. Y cuando los ladrones empiezan a subir, lanza con fuerza los botes, que acaban golpeando con éxito en la cara de sus enemigos. Aunque en la película solo parece un doloroso golpe, lo cierto es que teniendo en cuenta el peso de una lata de esas características y la fuerza gravitacional, el impacto les rompería la nariz sin ningún tipo de duda.

  • Escaleras de hielo

Un consejo vital para defender tu casa ante posibles ladrones es que debes utilizar el clima a tu favor. Si hace frío, abrígate y crea hielo. Y así lo hace Kevin, que rocia de agua las escaleras hacia el sótano y las que dan a la puerta de entrada. Al poco rato ya se han convertido, sin más esfuerzo, en una escurridiza pista de patinaje por la que es francamente difícil no caer una y otra vez. Eso sí, cuando al día siguiente salgas de casa mejor hacerlo con raquetas en los pies.

  • Soplete en la cabeza

Poco después de marcarse la mano para siempre con el picaporte, Harry intenta entrar por la puerta de atrás, que al abrirse activa un soplete que apunta directamente a su cabeza. El gorro de lana prende, provocando un divertido chillido en el ladrón, que se lanza de cabeza contra el hielo. En Solo en casa 2: Perdido en Nueva York vemos de nuevo esta trampa, pero el ladrón lo solventa de una forma mucho más peligrosa. Hace el pino sobre un váter para meter la cabeza dentro… y acaba provocando una explosión.

  • Vestido de plumas

En la batalla contra los ladrones hay un elemento importante que no debes pasar por alto: la humillación. Si consigues lastrar su mente reducirás mucho sus capacidades. Esa es la idea ante la trampa de las plumas, que consiste en colocar un plástico untado con pegamento justo tras la puerta. Cuando el ladrón la cruza, se impregna la cara de cola, y activa una cuerda que enciende un ventilador situado tras una montaña de plumas. Todas salen volando y se quedan pegadas en la cara y el cuerpo del ladrón. Y así se consigue un pollo enfadado.

  • Comida para pájaros

La versión de la trampa de las plumas en Solo en casa 2: perdido en Nueva York es mucho más peligrosa (y divertida). Poco después de que Kevin se las arregle para cubrir a los ladrones de pegamento, estos le atrapan en el parque. Y cuando parece que la aventura se acaba para el pequeño, aparece una criadora de palomas y los rocía de comida para pájaros, provocando que cientos de palomas se abalancen contra ellos. Para cuando llega la policía, el niño ha huido y los villanos están cubiertos de plumas.

  • Grifo chispeante

Una de las trampas más peligrosas de toda la franquicia la podemos ver en Solo en casa 2: Perdido en Nueva York. Marv, con la cara perdida de pintura, decide limpiarse con un poco de agua. Pero una acción tan inocente como la de abrir un grifo puede ser de lo más peligroso cerca de Kevin McCallister, que no se corta en conectar el grifo a un generador de corriente, lo que hace que la electricidad recorra todo el cuerpo del ladrón haciéndole temblar y convirtiéndole, durante unos instantes, en un esqueleto.

  • 8 patas en la cara

Buzz es el hermano más insoportable que Kevin podría desear, pero tiene algo que puede resultar muy útil para inundar de miedo a los intrusos: una tarántula que el niño no duda en dejar caer sobre la cara de Marv, provocando que su amigo utilice una palanca para golpearla. Obviamente solo acierta a dar a su compañero. Susto seguido de golpe, algo que los villanos de la saga comprenden bien.

  • Cuerda en llamas

A Kevin siempre se le ha dado bien engañar a los dos ladrones. En este caso, cuando ellos creen que le han encontrado en la azotea, resulta que el niño ya está en la calle. Les chilla desde abajo y les provoca para que bajen por la cuerda que previamente ha rociado de gasolina. Y a mitad de camino le prende fuego, haciéndoles cambiar de rumbo y empezar a trepar desesperadamente. Por fortuna para ellos, no acaban en llamas. Por desgracia, caen al suelo, y sobre ellos, un montón de latas de pintura.

Estas son nuestras 10 trampas favoritas de Solo en casa y Solo en casa 2: Perdido en Nueva York, pero nos hemos visto obligados a dejar muchas en el tintero. La imaginación de Kevin, interpretado maravillosamente por Macaulay Culkin, parece no tener límites, así que el sábado 18 a las 15:45 te esperamos sentado frente al televisor con una libreta en mano. Porque nunca se sabe cuándo te pueden entrar a robar.